Antes de concluir diciembre, recomiendo cinco libros y un álbum musical que leí-escuché en 2021. Los disfruté mucho y me hicieron pensar. Si los buscan, espero que les gusten.
1. Empiezo por Nomadland (2017) de Jessica Bruder. Imagino que mucha gente ya vio la peli, pero no hay que perderse esta lectura. Da cuenta de la pobreza en el país más rico del mundo. Muestra cómo un puñado de compañías se aprovecha de una mano de obra barata, con empleos precarios, sin seguridad ni derechos laborales. Esta mano de obra no está formada por inmigrantes ilegales, ni siquiera por lo que en Estados Unidos llaman «minorías». Son personas que formaron parte de lo que alguna vez fue la clase media más vigorosa del mundo, gente trabajadora y disciplinada, pero que ha llegado a la mayoría de edad sin pensión ni casa.
Eché de menos alguna reflexión personal, pero Bruder nos da los elementos suficientes para hacer las nuestras. Ese libro, la crisis ocasionada por la pandemia y la decisión de millones de personas de no volver a sus empleos mal pagados, aunque se les ofrezca mejor sueldo, muestran que la seguridad laboral es más importante que la oportunidad de ganar mucho dinero. Cada vez más gente llega a la vejez, gente que trabajó toda su vida, pero no tiene casa, servicios de sanidad ni pensión. Este libro es una denuncia del feroz American Way of Life.
2. El género que más he disfrutado este año es el de la no-ficción. No sé si es por el diplomado que tomé sobre ese tipo de narrativa. El caso es que leí The Year of Magical Thinking (2004) de Joan Didion. Es un libro emotivo, lleno de detalles que nos hacen pensar en nuestra propia vida. Didion, quien recientemente ha fallecido, procuró dar sentido a través del relato a la ausencia de su esposo, quien murió repentinamente.
Hace tiempo no me detenía a pensar en la forma en la que nos enfrentamos a la muerte. No creo que la intención de Didion fuera la conclusión a la que llegué, pues pesa en mí la lectura de Nothing to be Frightened Of, de Julian Barnes: estamos aquí poco tiempo, y eso está bien.
3. Aunque disfruté algunas novelas, como Los vencejos de Fernando Aramburu (2021) y Yoga de Emmanuel Carrère (2020), la que más me gustó y la que recomiendo es Klara and the Sun (2020) de Kazuo Ishiguro. Es el relato de una androide de compañía que está descubriendo el mundo. Por eso, resulta casi inevitable cogerle cariño. Descubrimos el mundo con ella, un mundo que se parece al que vivimos, uno que puede estar en el futuro.
Con ecos de Never let me go, Ishiguro dotó a la inteligencia artificial de un sentido de humanidad, para contrastarlo con la falta de humanidad de las personas.
4. En 1998, Susan Sontag visitó mi Universidad. Recuerdo el revuelo que causó y también que entonces empecé a leerla. He vuelto a ella. Regarding the Pain of Others (2003) es un maravilloso y terrible ensayo. Mostrar el horror puede parecer una forma de hacer conciencia para evitarlo, pero también puede acostumbrarnos a él. ¿Las imágenes del horror deben ser bellas? ¿Qué hacer si lo son? Para quienes vivimos en México, es una lección y una desesperanza ¿cómo podemos tener empatía por el dolor de las demás personas?
Debo volver a leer Illness as Metaphor, un ensayo sobre las maneras de nombrar la enfermedad y sus implicaciones, parecida a lo que hace Alessandro Baricco en Quel che stavamo cercando (2020), que también leí este año.
5. No he mencionado libros de historia, aunque también he leído bastantes este año, pero casi siempre los pienso como parte de mi trabajo como A Life Together: Lucas Alaman and Mexico (2021), de Eric Van Young, o los inspiradores History: Why It Matters (2018) de Lynn Hunt y Working (2019), de Robert Caro. Releí Les amnésiques (2019), de Géraldine Schwarz, que forma parte de las lecturas de mi curso de Análisis Histórico.
En esta breve lista de recomendaciones debo incluir Robachicos. Historia del secuestro infantil en México (1900-1960) (2021) de Susana Sosenski. Es un libro redondo, una historia total. Los intereses económicos de hacendados en Oaxaca y Yucatán estimularon el secuestro infantil, para proveer mano de obra semiesclava; esta práctica era posible gracias a la corrupción policiaca y política. La corrupción y la ineficacia policial siguieron presentes a lo largo del siglo XX, en un país en el que el secuestro infantil no parecía extrañar a la sociedad, siempre y cuando las víctimas fueran pobres y morenas. El racismo y la xenofobia, la prensa y otros medios de comunicación, participaron en la construcción de la figura del robachicos, pero este libro da cuenta de muchas cosas más, muchas de las cuales siguen presentes en la actualidad.
Coda musical. Este año, Dolores O’Riordan hubiera cumplido cincuenta. Como sabemos, murió en enero de 2018. Sus compañeros de The Cranberries hicieron el álbum Remembering Dolores (2021) con una selección hermosa de canciones de todos los álbumes que grabaron. No son las canciones más conocidas. En su momento, algunas de ellas ni siquiera fueron tomadas en cuenta por el público, pero escucharlas de nuevo en esta selección remueve la memoria noventera.